Cómo meditar en 10 pasos
Siéntate con la espalda erguida y el mentón metido; visualiza un hilo invisible tirando de tu coronilla hacia arriba.
Coloca las palmas de las manos enfrentadas, sea a la altura del pecho o apoyadas en las piernas.
Di en tu interior: “Este tiempo te lo entrego a ti, Señor. Es mi humilde obsequio”.
Relaja lentamente tu cuerpo de arriba abajo, imaginando que de la cabeza a los pies te va bañando un líquido tibio, brillante y agradable.
Sigue el ritmo natural y regular de tu respiración, sin forzarlo; quizá pueda ayudarte contar el número de respiraciones del 1 al 10 y vuelta a comenzar.
Pon tu atención en el centro de la palma de tus manos; acaso percibas el cordón de energía que las une.
Si te vienen pensamientos, sentimientos, imágenes o distracciones, déjalos pasar sin enfadarte, sino sonriéndoles por dentro.
Repite la palabra “Sí” al espirar, enviándola al centro de la tierra; o bien la invocación “Cristo Jesús”: “Cristo” al inspirar y “Jesús” al espirar.
Mantén tu atención amorosamente sólo en estos tres pilares: la respiración, el centro de la palma de tus manos y el nombre de Jesús.
Tras media hora de silencio y quietud reza la oración del abandono de Charles de Foucauld.